La víspera del Jueves Lardero, nuestras madres hacían en el horno unas hogacillas que nos las rellenaban con cosas del adobo, de aquellas cazuelas en las que se guardaban en aceite los lomos cortados en hermosas lonchas, las costillas troceadas y los chorizos cortados en trozos generosos, de las matanzas realizadas unos meses antes y que tenían que servir para todo el año, convenientemente repartidas.
Un abrazo.
Un abrazo.