Aquí vemos a dos niños que se estaban preparando para su batalla campal con globos de agua. Una manera muy divertida de refrescarse por lo menos de dos maneras. La primera es cuando están llenando sus globos e inesperadamente se les revienta alguno y se ponen mojaditos como pollicos. La segunda, ser el impacto del proyectil que explotará en el sitio menos esperado de tu cuerpo. De verdad es que cada día con aquel calorcillo del mes de agosto, se lo pasarn en grande. Y los mayores, virando con envidia...