Hubo machos y mulas a las que se tenía que haber hecho un monumento. Si, es verdad; en cada pueblo tenía que haber un monumento en memoria de estos nobles animales que tanto nos ayudaron en las faenas del campo. Si no hubiese sido por ellos... Y encima se les pegaba y se les gritaba para que fuesen más de prisa y para que estiraran fuerte del carro, sobre todo si era cuesta arriba o se había encallado. Así se les pagaba el esfuerzo realizado en nuestro favor. Y encima se les nombraba como animales
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Si nos fijamos en esta mula, suponiendo que sea del género femenino (porque a simple vista no se puede distinguir a la perfección si no le miras lo que tiene entre las garras), vemos que está recién esquilada. Eso quiere decir que ya ha pasado el
invierno y que se le ha pelado el lomo y parte del cuello para que no sude tanto al llegar los calores el
verano. Vemos también que está bien enjaezada, como para ir de
romería en aquellos tiempos, aunque no al estilo andaluz, que lleva la jalma de montar
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