El sábado pasado día 13 de Enero fuimos a arrancar unos almendros con la pala del tractor. Nada más salirnos del camino y entrar en la finca, nos hundimos hasta los ejes y hubo que dejarlo para más adelante. En las marcas profundas de las ruedas, enseguida se hicieron dos charco de agua. Que más quisiera yo que en mi querido pueblo de Deza, pudiera ocurrir lo mismo, para así poder ver en primavera y verano bajar el agua cantarina por ese barranco maravilloso de Peribáñez. El agua le da mucha vida ... (ver texto completo)