Dicen que en un charco (a lo mejor eras tú) se puso un chico o chica, no me lo especificaron muy bien, a
pescar. Se sentó en una
piedra, puso el cesto y los accesorios de
pesca a su lado e introdujo el anzuelo en el
agua. La gente se lo miraba y cada uno hacía sus comentarios hasta que pasó uno por allí y le preguntó: ¡Qué...! pican, pican. Y él sin inmutarse le contestó: Hombre, no mucho: Hasta este momento, tu eres el primero...De mi cosecha. Un saludo.