Hay una leyenda que va pasando de padres a hijos en el sentido de que en Deza hubo una campana de cien quintales que se llamaba María de Deza y en la constaba la siguiente inscripción: María de Deza soy, la que cien quintales peso, el que no quiera creer, que suba y me coja en peso. Y que se la llevaron los moros a Moros o que se la llevaron los moros, simplemente. De ser cierto habría que pensar que fue en alguna razzia de aquellos tiempos como cuando Almanzor se llevó las campanas de Santiago de ... (ver texto completo)