Esta es la campana que tocaba a mediodía y a ángelus, a muerto y a "quema", a misa con la onomatopeya del diario y el bandeo del festivo, anunciando al pueblo el acontecimiento con el lenguaje de su badajo. A mi me gustaba bandearla y conservo una cicatriz en la cabeza de una de sus "caricias". Segín data la leyenda de su bronce se fabricó siendo párroco D. Anselmo Santamera y, creo recordar, que alcalde Braulio Esteras. Compartía su lenguaje con el repique del campanillo de la derecha, de voz más... Pues éste mas de Julio se está despidiendo con un calor aplastanet. Y digo yo: ¿No se podría guardar algo de fresco del invierno para el verano y algo de calor para el invierno? Y no que vamos de extremo a extremo y siempre nos toca padecer las inclemencias. Y es que ya lo decía mi abuelo: Contra la climatología no se puede luchar. Quizá si la tecnología sigue los pasos que lleva, algún día lo podrán conseguir. Aunque creo que eso sería llegar demasiado lejos...Un abrazo. El mes de febrero, al igual que el de enero, se ha despedido frasquito. Ya lo dice el refrán: Febrerillo el corto, un día peor que otro. También hay otro que dice que en febrero busca la sombra el perro y en marzo el perro y el amo. Yo recuerdo estos refranes porque me los contaba mi padre cuando íbamos a buscar leña al la sierra y el perro que no paraba de ir de un lado a otro, se cansaba y se ponía a la sombra con la lengua fuera, precisamente en estos meses que nombro. De chico se aprenden cosas... Hay un acertijo que dice lo siguiente: Una vieja con un diente, alborota a mucha gente ¿ Que`s y que´s? Pues la campana. La pregunta está escrita tal como suena ya que en nuestras conversaciones habituales nos comemos letras aunque la Real Academia tenga sus normas de pronunciación y escritura que deberíamos acatar a rajatabla. También vemos que la lengua castellana o española es muy rica en sinónimos y significados de las palabras. Mira que llamar diente al badajo y vieja a la campana... Un saludo... Esta hermosa campana tiene por nombre, la Santa María. Desde que se tapó la palomera de entrada de las palomas a la bóveda de la iglesia, se han hecho dueñas de la torre y de cualquier rincón que encuentran. En el piso y en las escaleras del campanario han hecho sus nidos y se posan en la campana a cualquier momento llenándola de excrementos que como no se lavan por la lluvia, pues nosotros mismos podemos ver el resultado en la parte de dentro. En cambio como cuando llueve moja la parte de fuera,...