Al día siguiente, Sábado Santo, La Camarera de la Virgen, que en Deza llamaban la tia viste vírgenes y que este caso era la tia Juliana, procedería, ayudada por su hija Rufina y otras señoras, a desvestir los Santos que consistía en cambiarles la túnica, el sayo, los encajes y hasta la peluca a La Virgen y al Nazareno, todo ello a puerta cerrada. Eso era en aquellos tiempos. Hoy se hace públicamente asistiendo todo aquel que lo desee.
Y ya que sabemos tantas cosas, diré por si hay alguno que todavía... Los Santos ya duermen en su casa. En Deza ha empezado la lluvia a mitad de la mañana; pero a medida que ha avanzado el día ha ido arreciando en intensidad. A la hora de la procesión, que se ha celebrado a las 21 horas, se han tapado las imágenes con plásticos y acompañados por cientos de paraguas, se llevó a buen fin el retorno de los Santos a la ermita de la Soledad. La procesión ha sido muy numerosa como de costumbre; pero se han sumado varios jóvenes que pasaban sus vacaciones en la Casa Rural.
Al final de la Solana Deza construyó una ermita
(que es la casa de la Virgen)
sencilla pero bonita.
Allí vive todo el año
en un nicho, tapadita
que protege una vidriera
para que esté calentita...