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Pollitos, DEZA

En el verano de 2006 lleve al pueblo media docena de pollitos y mi nieta y sus amiguitos se lo pasaron estupendamente con ellos. No había hora del día en la que no les hiciesen una visita y los cogieran para acariciarlos. Al final que quedaron allí a cargo de un buen amigo que los hizo grandes con sus cuidados, tal como saben hacerlo en todos los pueblos. Un abrazo
Me ha divertido la travesura del abuelo de inflar los pollitos. ¡Menuda zalagarda! Te merecías la oración por pasivo. “Si es que tenéis cosas del demonio”..-decía mi abuela-.
En cuanto a lo de inflar ranas que comenta el comunicante de Avila, recuerdo a dos buenas piezas, amigos de la niñez, que iban con frecuencia a pescarlas para vendérselas a un señor del Barrioelolmo a quien le gustaban sus ancas. Este señor se las pagaba por el tamaño: las grandes a dos reales y las pequeñas a uno. Como casi...
Muchas gracias por las explicaciones de los juegos, habría que proponer en los pueblos jornadas de juegos antiguos como estos divertidos, a la par de parcipitivos y económicos, ese del palillo ciego me le apunto.
Y abuelo eso de inflar pollitos nunca lo ví, en mi pueblo, inflaban ranas, si bien yo nunca lo hice. No me gustaba hacer esas cosas.
Un saludo, desde Ávila
Mi madre, tenía una nidada de pollitos en un cajón grande que generalmente se conseguía en el estanco. El tabaco de racionamiento venía a la Expendiduría de Deza de esta forma empaquetado para su transporte, uno a cada lado de los lomos de una mula o caballo. Lo traían desde Monteagudo.
Una vez hecha la composición de lugar, diré que los pollitos estaban allí recigiditos, generalmente al sol, con comidita y tan contentos ellos. La llueca no se metía dentro porque había poco espacio y podía darse...
Aunque ya lo indico en mi relato, voy a ser más explícito acerca de ese juego:
El “palillo ciego” era un juego divertido. Entonces no conocíamos la Playstation, ni estos juegos modernos, y debíamos agudizar el ingenio para jugar con lo que podíamos. Ya sabes: las tabas, las cartetas, la estornija, el moscardón, la correa, las prendas, etc.
Este juego es parecido a la piñata, pero en vez de romper un cacharro lleno de dulces colgado de una cuerda, aunque las reglas eran similares, consistía en...
Creo que el amigo pefeval ya nos cuenta, con detalle, el juego del palillo ciego en su bella narración de aquellos tiempos del pasado. Otro de los esparcimientos y que viene al caso por eso de taparse los ojos y que estaba de moda en los años 40 del siglo ya pasado, era uno al que llamábamos "el zapusqueto, tente en pie y estate quieto". Consistía en taparle a uno los ojos con un pañuelo, darle cuatro vueltas para desorientarlo y que tratara de localizarnos dando voces para que nos siguiera y golpes,...