Rodeando las
piscinas municipales tenemos en
Deza un entorno maravilloso pues está el nacimiento del
Río Algadir y el pabellón, rodeados de sauces llorones, de una gran chopera y de un
parque en donde el sol no puede asomarse mas que en
invierno cuando la caída de las hojas, lo permite. Más arriba nos encontramos con una
roca cruzada en el barranco, semejando un gran saurio petrificado, guardián de la
Fuente del Suso que nace de las entrañas del Peñón a cincuenta metros de aquí. Entre medias, encontraremos la
piedra donde Cristeta estaba fregando sus cacharros cuando fue vilmente inmolada en aras de su libertad. Un abrazo.