Encontré este bello ramillete de
amapolas, precisamente nacidas en la
roca, lugar muy poco frecuente pues ya sabéis que prefieren lugares ricos en nutrientes, los ribazos de las
fincas y cunetas de las
carreta. En casi toda Europa están desapareciendo de los entornos agrícolas. Sólo en nuestra
España se cría tan a gusto. En
Deza, el año pasado, en las fincas sembradas de guisantes, las había a millones y en la seleccionadora se podían llenar sacos de tanta simiente que se trajo al cosechar. Un abrazo