Hace muchos años, creo que sesenta y cinco, este trozo tan bonito de
Deza, era una calleja estrecha llena de ortigas, sándalo de culebras y zarzamoras por la que discurría una primitiva acequia que regaba los
huertos del entorno, cercados todos con su tapia y barda de aliagas y su
puerta con el tranco correspondiente que no era otra cosa que un artilugio hecho con un tarugo de madera que se abría con la llave, también de madera.
Aquella calleja daba a la
carretera de
Soria, hoy N-252 que hacía varios años que se había construido. Un día, unos chavales bajaban corriendo por las callejas y no hicieron stop que se dice ahora al salir a la carrtera y al primero en salir lo pilló un
coche que pasaba por allí dejándolo muerto en el acto. Sería el único coche que pasaba en seis meses y mira por donde...
No cabe duda que este fue el primer atropello mortal de nuestro
pueblo. Un abrazo Deza