Era habitual en
Deza tener este gancho en el hogar de la cocina con objeto de colgar un caldero para calentar
agua, una caldera para cocer patatas y remolacha para los cochinos y para otros menesteres similares. Cuando colgabas el recipiente, las llamas de la leña que ardía en el hogar lamían amorosamente su envoltorio y al rato verías hervir el interior, juntándose el vapor blanco del agua con el gris del humo, para subir en compañía, por el hueco de la "chiminera", léase chiminea.
Un abrazo.