Hay en la iglesia de Deza un nicho capilla dedicado a las ánimas del purgatorio, representadas por una pintura en la que nos muestra el autor a Nuestra Señora del Rosario, arriba en el cielo, sentada en su trono. Y debajo de ella, en un plano inferior y sin ninguna separación, el purgatorio en donde se ven varios personajes con cara de sufrimiento y envueltas en llamas purificadoras. De arriba abajo pende el rosario de la mano de la Virgen que servirá de alivio y esperanza a sus penas.
Lo curioso...