Hace de ello unos cincuenta años que estorbaba todo lo viejo en las iglesias. Fue una desgracia que algunos párrocos no apreciaran lo que tenían a su cuidado y cambiaron las cosas viejas que tenían mucho valor, por otras nuevas que eran chatarra. Aquí tenemos un ejemplo. Se quitó todo un expositor entero dejando el altar mutilado para siempre y se apañó con un remiendo de otro pedazo diferente.
Un abrazo.