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Erizo, DEZA

Es curioso, abuelo, porque en nuestro pueblo dábamos el sentido contrario que el que sin duda, le dan los extremeños. Ocurre lo mismo con la acepción de otras palabras como con las denominaciones de hacina y ascal. Mientras que aquellos, como dices, denominan hascal o fascal a los montones de cereal para ser trillados, y a los hacinas el conjunto de haces apretados, como bien dices, nosotros les dábamos el sentido contrario. La f en muchos fonemas del castellano moderno se cambió por la h. También...
Amigo pefeval: He estado mirando la palabra ascal y he encontrado que en Santiago de Alcántara dicen lo siguiente: "Hascal. El hascal son los montones de hacinas para trillarlos. Las hacinas son el conjunto de haces colocados apretada y ordenadamente unos sobre otros. Los haces, a su vez, se ataban con los vencejos que eran ligaduras realizadas con el propio cereal." Por lo que deduzco que hascal, proviniendo del latín se tiene que escribir con "h". Es mi opinión particular.

Precioso juguete,...
Erizar, según el diccionario:

1 Levantar y poner rígida una cosa, especialmente el pelo de una persona o animal.
2 Llenar o rodear de obstáculos, asperezas, etc.

Erizar: Levantar, poner rígida y tiesa [una cosa] como las púas del erizo.
fig. Llenar o estar llena [una cosa] de asperezas.

Erizar:
...
Verdaderamente, abuelo, son curiosos estos animalillos. Cuando los veo atravesar las carreteras secundarias, procuro evitarlos porque sé cuán beneficioesos son para la agricultura. Mis recuerdos de niño alcanzan a una ocasión en que mi padre me trajo uno en las alforjas: lo había descubierto debajo de un ascal y, sirviéndose de la boina, lo capturó para traérmelo y que yo lo viera, porque aún no lo conocía. Para quien no sepa el significado etimológico de la palabra ascal, en nuestro pueblo se refiere...
Cuando se encontraba algún erizo en los pueblos, era un bicho que despertaba mucha curiosidad. Como generalmente está asustado en presencia del ser humano, está hecho una bola y apenas puedes verlo caminar. Para verle las patitas y el hociquillo, les echábamos agua encima. Al sentir el frío elemento o notar que no podía respirar, se desenrollaba y comenzaba a caminar; pero poco rato pues al sentir los gritos, se volvía otra vez una pelota. Decían que el zorro se lo come; pero como no puede meterle...