Clara y limpia como el cristal, DEZA

Desvelado vives
en los nervios insomnes de mis noches
o en el libro que guardo con tu nombre.
(Redondo y suave tacto
como alas).
Ángel de fuego,
tocas y destrozas las angustias,
asfixias y temores,
enloqueciendo mi médula en secreto.
Inventaste la creación entera...
Manos abriéndose, como interrogación no terminada
en enigma de opaco crucigrama.
Mirar el rostro y luego...
tus pies nudosos y descalzos,
blancos en la espuma de un mar
que no nos permitió vernos.
Transparencia.
¿Cuál pupila reflejará el verde o el azul?
El antiguo cuervo de tu pelo
batirá sus alas,...
A veces en silencio
te nombro con la urgencia de mi desesperanza.
Mi ropa son mis ansias
y están atadas a mi piel,
con esa falta de todo lo que llenas.
Respiro en tus papeles,
al borde de tu cama,
cual desnudo invisible que la sombra acompaña.
Hoy sientes en la tarde
que espejos transparentes...
Extraño ritual al tacto,
reconocer el libro con tu nombre:
respiras entrelíneas
y muerdes,
en las marcas de los márgenes.
Las páginas leídas
tornadas grises por tus dedos
son palabras con olor a tus poros,
amoldados, tibios, a tus manos.
La azul tapa cosquillea...
Vamos a considerar todas las cosas:
tu mirada empapada de otras noches,
tus manos de semilla
a punto de plantarse en mi costado,
y sobre todo tu fuego, que crea tanto
y temo me destruya;
y también
la puntual muerte del amor,
como me hablaste.
Pero mejor, no consideremos nada...