Por su interés, hoy reproduzco lo que UN 12 DE MAYO... DE 2008 (casualmente hace un año) escribió su autora en uj blog de la universidad de Sevilla.
lunes 12 de mayo de 2008 SORIA, NI TE LA IMAGINAS
Haciendo hincapié en su eslogan turístico ("Soria, ni te la imaginas"), voy a tratar de descubriros una ciudad que, aunque no lo parezca, tiene mucho potencial para mostrar. Al pensar en una ciudad turística, a nadie se le pasa por la mente Soria. Sin embargo, yo que he tenido la oportunidad de conocerla... Si hay un eslogan acertado, esa distinción podría llevársela sin problemas el Patronato de Turismo de la Diputación de Soria por su "Soria, ni te la imaginas". No sé quién sería su autor, pero no pudo reflejar mejor una realidad con tan pocas palabras.
Para quienes nunca se han acercado por la tierra soriana, ésta sigue siendo un perfecta desconocida, a pesar de algún reportaje esporádico de "La 2" -esa cadena que en las encuestas la gente dice ver, pero que luego los estudios estadísticos desmienten-... Lector que me lees: Si eres soriano, sé que amas a Soria y que la respetas; pero si eres forastero, que será lo más probable y todavía no nos conoces, ven a Soria y verás.
No te defraudará... ¡Soria ni te la imaginas! Ciudad y provincia cargada de valores históricos y arquitectónicos impresionantes, como las ruinas de Numancia y de Termancia; del arco de triunfo y el palacio ducal de Medinaceli, el monasterio de Santa María de Huerta, las murallas e iglesias románicas de San Esteban de Gormaz, de San Miguel de Caltojar; murallas árabes y vestigios romanos en Ágreda y Almazán; la catedralgótica del Burgo de Osma, la ermita de San Baudilio de Casillas de Berlanga...
San Juan de Duero, San Juan de las Rabaneras,... La ciudad y provincia de Soria está marcada con profundas huellas de grandes hombres, unas veces desconocidos y otras tan populares como las de San Pedro en su sede de Osma, las de San Martín de Finojosa en Deza y Huerta, las de Sor María de Jesús en Ágreda, las del ermitaño San Saturio en las orillas de nuestro gran Río, las de Gabriel Téllez en nuestra Señora de la Merced, las del teólogo tridentino Diego Láinez de Almazán, las de Gustavo Adolfo Bécquer por tierras de Noviercas, las de Machado...