Esta si que es una caldereta auténtica, de las que se usaban para la cocción de las morcillas y que en ese aspecto ya están jubiladas; pero que vienen muy bien para el guiso del toro y para tenerlas relucientes pues hay que usarlas por lo menos una vez al año. El brillo se les saca de dentro y se dejan como un sol, si bien el exterior sigue con ese jorgún suyo de toda la vida y que lo da el humo de leña que arde debajo lentamente ; pero contínuo para que el guiso no se somalle ni se queme. Yo particularmente...