Así estuvo, con sus brazos abiertos durante más de treinta años. La antigua campana de San Juan estaba rajada desde tiempo inmemorial. Decían que lo habían hecho los mozos echándole una boina cuando se bandeaba durante una procesión. Allí resistía estática en su lugar y solo se tocaba con el badajo y era la que daba las horas del reloj. Un poco broncas; pero ya estábamos acostumbrados a ellas. Pues estando así la cosa, llegó un cura nuevo que se propuso reconstruirla. La tiraron de arriba a abajo y se hizo tres cachos, los recogieron y fundieron la nueva con el... Esto es lo que queda de una larga historia de la campana de San Juan. La otra mitad está en el suelo esperando la resurrección de los muertos pues lleva para rato, si espera el día que la reparen. Este engendro de campana que dió tan mal resultado fue el resultado de fundir la antigua campana que ocupaba éste lugar y que era tan hermosa como la Santa María, aunque recuerdo que tenía otro tipo más rechoncho. Algún día conteremos alguna cosa de aquella campana antigua, de San Juan. FelicesFiestas...