Hacía mucho tiempo que no comía tortilla de espárragos silvestres. En estas fechas ya llevo cogidos tres veces, unos pocos y tres noches pues hemos cenado "piparamente" que decía uno de nuestro pueblo. De primero una borrajita con patatas y despues la tortillita con huevos de mi gallina, que por cierto me los pone muchas veces de dos yemas. A mi nieta que tiene diez años le hace gracia ya que no los había visto nunca: Ya se que venden; pero en mi casa no les da por comprar de estos, tan gorditos y tan hermosos. Como tengo mi gallo y mi gallina correteando todo en día entre verduras por la huerta, salen unas yamas de color naranja intenso que da gusto de verlas. Un saludo Deza.