
Era muy mal camino para bajarlo con mulas cargadas con mies, en anganillas. Resulta que el meneo de tanto volumen de la carga, todo el aparejo se iba hacia adelante y solamente podía frenarlo un buen atarre. El atarre era una correa que pasaba por las nalgas de las caballerías, sujetando el aparejo. Algunas veces se rompía y la carga salía por las orejas; pero no era necesario que se rompiera para estropear una carga, si esta no estaba bien hecha y bien cargada. También dependia de la estructura que tuviese el animal puesto que si era de constitución debil, pues había mucho más peligro. Siempre ha habido clases. Seguiremso...Un abrazo.