Si para San Blas nos comíamos el rollo, (yo no le daba tiempo a que me lo bendigeran ningún año), hoy amiga madriles, se te ha olvidado de que es Jueves Lardero y que nos comíamos aquellas exquisiteces que había en las ollas de adobo de casa. En mis tiempos la madre nos hacía unas hogacillas específicas para ese día y dentro la rellenaba con chorizos, costillas y lomo. También te echaba un trozo de jamón y una tortilla. Mi padre dejaba la bota en casa ese día para que me la pudiese llevar yo con un poco de vino y colgada al hombro como si fuese ya un hombre, creo que sobre los diez años ya. Y como yo, otros muchos chicos. En sitio de ir a comernos la merendilla pues era diverso. De peques nos la comíamos por las eras bajeras y de mas mayores, una vez recuerdo que nos llegamos al Pozo del Ruido y a la sierra con los amigos. Alguno ha apuntado en que se comía en San Roque. La verdad, es la primera vez que lo oigo; pero tampoco lo descarto al ser libre, cualquier puesto que escogieras. De hecho nos desparramábamos por todo el término de Deza. Yo la última vez que celebré merendillas fue a la edad de trece años pues después marché del pueblo y ya no he vuelto a estar en estas fechas. O sea que llevo sesenta años con ese recuerdo encima. Las chicas, en cambio hacían natillas en las casas y allí se las comían y alguna vez, cuando iban a echar mano se las habían "birlado" los mozos. ¡Qué sinvergüenzones...! Un abrazo Deza y Feliz Día de Jueves Lardero.