Unos amigos que deseaban pasárselo bien en compañía, fueron un día de caza por estos contornos y al mediodía hicieron una buena farra. Siempre se pensaba en comer algo de lo cazado; pero por si no caia nada, también se llevaban cosas para que el rancho fuese completo y nadie pasara hambre y más después de haber andado un montón de kilómetros en busca de alguna pieza. El caso es que a la hora de comer se presentó una tromenta y decidieron comer dentro de la casa, en el portal o zaguán. Allí estaban dale que te pego, poniéndose morados de comer y beber, cuando de repente y sin esperarlo, cayeron todos al suelo fulminados por un rayo que cayó en la casa. Afortunadamente todo quedó en un gran susto pues nadie sufrió daño, aparte de quedar atontados sin saber que había pasado. Engancharon a correr y lo dejaron todo tal como estaba y cogiendo los coches se volvieron a Deza espantados y dando gracias de que todo quedara en una anécdota más, para contar. Cosas que pasan en la vida...Un saludo dezanicos.