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DEZA: Los operarios que le daban aire al órgano con una especie...

Los operarios que le daban aire al órgano con una especie de manivela muy grande, que generalmente éramos chicos jovencitos estábamos detrás del aparato, escondidos como si estuviéramos en una trastienda y desde allí no se veía nada de las celebraciones por lo que no sabías cuando había que darle aire al fuelle y te entraba sueño. Por esta causa el sacristán tenía una tarja de madera y aporreaba con ella la pared cercana al teclado y resonaba en todo el templo el sonido que producía y más si habías dejado de estar en el aparato y aquello no soplaba. Que tiempos aquellos. Hoy día el servicio del aire es por medio de un motor electrico, más obediente y eficaz que aquellos rapazuelos del comentario. Lo malo de aquello es que ahora no hay organista que haga resonar esas bellas melodías de antaño y el órgano está dormido todo el año, tal como si durmiera el sueño de los justos. Un abrazo.