En esta capilla del Santísimo Cristo del Consuelo hay dos lámparas de araña muy grandes, aunque de poco valor. No creo que la persona que las regaló quisiera quitar protagonismo al Cristo; pero se conoce que el suyo lo ponía, quizá sin querer, por delante de la santa imagen. Y allí estaban estorbando mas que otra cosa y sin dejar que el Crucificado se viese en todo su explendor. Nadie decíamos nada y hasta había gente que se fijaba más en los artilugios electricos que en el significado de la Pasión allí presente. En nuestras fotos solo se veían lámparas pues si querías ver bien a nuestro Santo Patrón sacabas solo una parte de su cuerpo; pero nunca lo podías ver entero a causa de ese estorbo permanente. Tuvo que llegar un día nuestro obispo, no en la ocasión en que lo estamos viendo, y mandar expresamente que las dichosas luces se fijaran en la pared en vez de bajar del techo con lo cual se despejaba el campo de visión. El se dió cuenta nada más llegar. Saqué en conclusión, enseguida, que era un hombre de Dios. Y si que lo es... Un abrazo y Próspero 2006.