Al hacer el comentario de ésta fotografía desconocía el hecho de que Alfonso hubiera muerto. Que el Señor haya tenido en cuenta su buena disposición como ayudante en nuestros ritos cristianos y desde el cielo pueda bendecirnos con ese ramillete de espigas tempranas que para la Cruz de Mayo siempre tenía a punto. No se de donde las sacaría; pero es cierto que cuando los cereales estaban pegados al suelo, el preparaba su hisopo de espigas para bendecir los campos a primeros de mayo, desde San Roque. Descansa en paz, Fonso. El abuelo.