Echaremos de menos la parada que hacía delante de la capilla en la casa de don Vicente para rezar. Los comentarios amables que siempre tenía. No he tenido la oportunidad de verle en esta fase de su vida en la que le ha tocado en frentarse a la enfermedad, pero conociendole, seguro que ha encontrado en la oración la fortaleza necesaria para pasar este trance. Descasa en paz, C.