Aquí, en este mismo lugar en el que hay un paqueño jardín, hubo en tiempos pasados el horno de arriba. Siempre estuvieron abiertos dos hornos en Deza: uno en a parte baja y otro en la parte alta del pueblo. Ambos eran públicos y podías cocer el pan en cualquiera de ellos. También había otro que era particular. La única diferencia es que el uno te pillaba mucho más lejos que el otro y tanto la masa como el pan ya cocido y calentito , había que traerla y llevalo a casa y eso pesaba lo suyo. Echale por lo menos 15 kgs. Entre unas cosas y otras. Había que contar el pandero, la manta de abrigar la masa, la panela y algún otro cacharro com podía ser el aceite, la azucar etc. Pobres mujeres lo que trabajaban y lo pronto que desaparecía el pan. Y venga amasar...Un recuerdo para nuestras madres y abuelas.