Me mantengo en mis trece. Aquí, o se está con el toro o se está con el torero. No puedes sentir lástima de los dos a la vez porque tu mismo te estás creando un conflicto de intereses. Yo en éste caso prefiero sufrir por el torero, que al fin y al cabo es una persona y compadecer al pobre toro que es un animal. Pero no tengo la necesidad de torturar, hacer sufrir, matar y re-matar a un pobre bicho sin necesidad y encima alegrándome de su suerte. Si que he asistido a alguna corrida, por acompañar a mi marido; pero siempre he meditado en mi interior... Y si fuera yo el de las benderillas...¿Qué pensaría de todos aquellos ojos que me están mirando con cara de asesinos de toros...?. Posiblemente así se sentirían aquellos miles de mártires en los anfiteatros, pensando que vaya suerte la suya: Que... Qué habrían hecho ellos para estar abajo y los otros arriba. Un saludo de una dezana ausente.