El último altar que se ha realizado en la Iglesia de Deza ha sido el abvocado a la Virgen del Pilar de Zaragoza. La imagen de la Mare de Déu, que es como se denomina en Cataluña, en donde yo resido a Nuestra Señora, hacía mucho tiempo, quizá sesenta años, que la donó a la Parroquia un hijo del pueblo que fue el Sr. Antón Esteras. La Virgen del Pilar estuvo rodando sin encontrar su puesto, desde práctiacamente el primer día e incluso se cayó desde la mesa que le servía de trono y se rompió parte de ella. El manto antiguo hasta se le había ajado de tal manera que daba pena acercarse a ella para rezar y ver la indigencia en que se encontraba. También esta falta se corrigió gracias a otra buena persona que se llama María y que anda siempre entre Aragón y Deza y entre Deza y Aragón pues a ambos los lleva en su corazón, por nacimiento y por descendencia. Total que animaron a de. Vicente y él que es un artista de primera, tomó las riendas y con la ayuda y participación de un grupo de señoras y de algún señor más, dieron a los descendientes de Antón, a Graciano y sus hermanas, la satisfacción de ver el donativo de su padre, elevado a los altares y en un lugar muy apropiado. La devoción de los dezanos a Nuestra Señoa del Pilar, también ha quedado plenamente demostrada. Un abrazo Vicente.