En estos tiempos que nos han tocado vivir, el mar se halla a unos cuatrocientos kilómetros de distancia de Deza. No obstante, los terrenos de Deza estuvieron inmersos en aguas profundas de un océano que lo cubría todo y que nos ha dejado muchas huellas de su existencia. Hay numerosos fósiles en su término a flor de tierra y es fácil hacerse con unos cuantos en poco rato: desde amnobites, erizos, hasta conchas y caracoles de diferentes clases y dibujos. Ya se que esta catalogación la podemos hacer de todos los pueblos de España; pero a mi me toca hablar de mi pueblo por ser el que mejor conozco de todos, sin quitar mérito a los demás, que también lo tienen y algunos en grado sumo. Un abrazo.