En tiempo bueno, entrados ya en junio, en este Callejón, sobre todo en la parte de dentro que hay una buena parra, se está maravillosamente a la sombra y al frsquillo y más si tienes un libro pues la paz y la tranquilidad que te rodean te permiten concentrarte en la lectura intimamente y saborearla al máximo. Hacía el medio día o un poco antes ya se llena de niños que vienen a jugar y entonces puedes pasar a otro estado de ánimo y gozar de nuevo con sus juegos y sus gritos, sus idas y sus venidas. Suele ser en el primer tramo, en la entrada, buena parte del día un aparcamiento de bicicletas juveniles haciendo compañía a la del Seve, que tiene allí su puesto habitual. En Deza hay muchos sitios como este. Un abrazo el abuelo.