A Pedro a quien Dios tenga en su Gloria se ve que le gustaba la soledad, de lo contrario no hubiera escogido este camino por el que no transita un alma en la mayoria de los dias del año. Posiblemente en todos los paseos que se dió, no encontrara a nadie que le estorbara la marcha. Yo lo he transitado muy poco y la última vez fue en una marcha que hicimos para las Fiestas de Deza, unos cuantos convecinos que nos juntamos y que llegamos a la Fuente del Hocino en donde comimos unas galletas y tomamos una copilla de anis. La vuelta fue por el Tejar y la Dehesa. Un abrazo.