En esta fuente, los que nacímos por los años 30 del siglo ya pasado, teníamos la tentación de subir arriba pues era señal de que ya te sentías con fuerzas de hacer alguna pequeña hazaña. Lo malo es si te veía el Aquilino que era el "aguacil" pues venía derecho a estirarte de las orejas si te pillaba, cosa rara pues tenía las piernas cortas y era mas bién un poco mayor. Cuado lo divisabas o te avisaban, costaba poco bajar y echar a correr...Un abrazo.