En la capilla del Santísimo Cristo del Consuelo de Deza, en la pared de la derecha mirando al Crucificado, había dos barras metálicas que sobresalían y allí estaba el campanillo apoyando sus brazos. Se podía tocar dándole vueltas , no muy deprisa pues si no, al ir rápido el badajo rodaba pegado a las sayas. Es lo que ocurre en todas las campanas; pero a las pequeñas les afecta mucho mas. Debería ponerswe de nuvo y que lo tocara todo quel que quisiera, en las visitas al Cristo, mientra no hubiese alguna función religiosa, celebrándose. Un abrazo.