Estamos viendo la ermita de San Roque, en Deza y la casilla que hizo el tio Raimundo. Han venido días de muchísimo frio a finales de febrero, en los cuales, tan solo ha caído una pequeña nevada como se puede apreciar, tan pequeña que ni siquiera ha cubierto el suelo. Esta tarde, está soleada, con un cielo azul y una claridad que deja ver allá a lo lejos, el Moncayo todo cubierto de nieve. El paisaje desierto como es habitual...Un abrazo.