La necesidad de hacer casillas en Deza (y hay muchas), era casi obligado en aquellos tiempos en las que se construyeron. El término de nuestro pueblo es muy extenso y algunos puntos están a la distancia de más de dos horas caminando. Figúrate que en verano has hecho la siega y tuvieras que traer la mies a la era, en mulas que a lo sumo cargan diez haces. Si tienes una yunta y madrugando mucho traes cuarenta haces en un día, una yugada, que es el tercio de una hectáea, tardarias en acarrearla entre dos y tres días. Se te pasaba el verano en el camino. Y además tenías que echar la parva, trillar, barrer solares, ablentar, meter la paja, llevar el grano a casa, descansar algo, no mucho, llovía, tronaba...Sigue, sigue contando. Así que el que tenía medios y algunas tierras juntas, pues hacía su casilla y todas las faenas se le simplificaban. Otro día más. Este abuelo...no para. Un abrazo.