Bueno, a decir verdad, el baile en la Plaza tiene sus ratos. A veces, muy pocas veces, está bastante animado; pero hay muchos momentos en los que no hay nadie bailando aunque los músicos estén dándole, pego que te pego. Hasta ellos mismos se aburren estrepitosamente. Cuando la música está tocando, sería de obligado cumplimiento cerrar las peñas pues de esta manera los jóvenes vendrían a bailar y descansarían de beber, que ya está bien. Se han gastado en Deza muchos dineros que no se han aprovechado, en orquestas de renombre y para tener una cartelera buena solamente y nada más. Así nos ha pintado, que nos hemos quedado con un Ayuntamiento sin dinero. Orgullo mucho; satisfación, menos según mi parecer. Yo creo que debería ser al revés: mucha satisfacción y menos orgullo. Un dezano.