Antiguamente, puede hacer ya cincuenta años, se repartía un buen mendrugo de pan por cabeza y también, una porción de vino proporcionada a las personas que componían el corro de la merienda. Aquel día acudían algunos mendigos para recoger su parte y para llevarse lo que podían arreplegar de una cosa u otra de algunos que compartían lo que buenamente se podía. Ahora como prueba testimonial de aquellos tiempos se reparten en el "portegao" unos cacahuetes y se echan unos tragos de vino, en compañerismo pasando el porrón de mano en mano de uno a otro. Mendigos ya no vienen..."Todo el mundo sube en coche por no romper los zapatos", que dice una coplilla que le cantan al Santo, las mujeres. Un abrazo del abuelo.