Este altar se construyó en tiempos de Don Teodomiro Larena, sacerdote que se secularizó y se casó posteriormente. Antes en este lugar había una hornacina que guardaba una sencilla imagen de una Purísima que fue a parar a la capilla del cementerio y que posteriormente se colocó en la capilla de San Antonio. A mi, de chico me llamaba la atención la culebra que tenía a los pies, con una manzana en la boca. Calculo yo que tiene ya los cincuenta años, este altar y aunque es más pomposo a mi me gustaba mas el otro. Un abrazo.