En Deza a estas edificaciónes rústicas, hechas en el campo como su nombre indica, se le llama corrales de ovejas y tienen la finalidad de encerrar, normalmente, dichos animales, por la noche. Su construcción es muy sencilla pues suelen ser de piedra sobre piedra con argamasa de barro y a lo sumo reforzadas en algunos puntos con yeso. Se coronaba la tápia con una cerca de aliagas y zarzas para impedir el salto del lobo o de cualquier otro animal depredadador y la puerta de entrada era amplia con objeto de que el ganado saliera deprisa y sin aborregarse, como se dice vulgarmente pues todas quieren salir a la vez. En el interior había generalmente unas trincheras de puerta baja, ocupando la mitad del solar, en las que se albergaban las ovejas cuando hacía frío, llovía o nevaba. La que quería se quedaba al raso.
Por las tierras de Deza se llaman corrales de ovejas; pero en otros pueblos de España les dicen parideras y en lenguaje mas refinado y poético, aprisco. Esto lo sabe el que se deléita leyendo algunos Salmos y poesías místicas. Un abrazo dezanos.
Por las tierras de Deza se llaman corrales de ovejas; pero en otros pueblos de España les dicen parideras y en lenguaje mas refinado y poético, aprisco. Esto lo sabe el que se deléita leyendo algunos Salmos y poesías místicas. Un abrazo dezanos.