Botija de pitorro. En la botijería de Deza, como se llamaba a la alfarería que había en La Taranzana, se elaboraban muchas clases de cacharros. Tantas como permitía la arcilla de aquí pues todas las tierras no son actas para según que clase de recipientes. Si llevan las arcillas una mínima porción de cal, al cocerlas de abollan o se rajan. Por lo tanto en materiales finos, de poco grosor, tiene que usarse muy buen barro, muy fino y muy bien acribado. El recipiente de la foto es una botija; pero con pitorro lateral. Este modelo se usaba poco, por la sencilla razón que al llevarla en las alforjas, al campo, se rompía dicho pitorro al menor descuido. Por eso lo normal era usar las botijas lisas. El inconveniente de éstas, era que tenía que beber a morro todo el mundo y no servían para gente escrupulosa. Que por cierto la había. Saludos dezanos.