Bueno es que tenga yo miedo de las culebras pues no las he visto mas que en las pilículas; pero yo una vez vi a uno de pueblo que estaba en una estación, que dio un brinco cuando pitó el tren y poco le faltó para echar a correr. Es que cada uno está acostumbrado a su ambiente. No os extrañen estas cosas. Un abrazo de nuevo.