Aquí se reunían las mujeres para hacer sus labores y hablar de nuestras cositas pues era un sitio ideal para estos menesteres. Estando orientado hacía el sur, les daba el sol todo el día desde que salía hasta que se ponía. No hacía falta el brasero que era la calefacción de aquellos tiempos, aunque estoy segura de que no faltaría en todo el invierno pues tan sólo viéndo la nieve en las montañas ya se queda una helada. Con el frío que tenemos las mujeres.