En la parte baja de este caserón estaba el tercer molino. Los molinos en Deza trabajaban en serie, uno detrás del otro aprovechando la misma agua que venía de Algadir, la cual se recogía en grandes depósitos que se llamaban cubos con objeto de acumular energía que al soltarla movería la piedra con más fuerza y mejor pues directamente es poco caudal para mover pesadas maquinarias, el que viene.