Si te gusta el montañismo por aquí lo puedes pasar bién. No es un lugar de difícil ascenso; pero para quitarse el morbo es ideal. Por estas
rocas y peñascos se crían unos caracoles que se llaman cabrillas, de
color blanquecino y que se consideran cómo el
marisco de la
montaña. Algo bueno, si señor.