Uno de los juegos que hacíamos en grupo era jugar "al pañuelo":
Se forman dos bandos en los que los jugadores están numerados. En el centro del campo hay uno que sostiene un pañuelo y dice: "Que salga, que salga..." y cita un número. De cada bando sale hasta el centro el que tiene dicho número y ambos hacen varios amagos de arrancar el pañuelo para engañarse mutuamente, hasta que uno de los dos lo toma echándose a correr hacia su casa. Si el contrario le atrapa, queda eliminado; si no, es el otro el que abandona. La operación se repite hasta eliminar a todos los de un bando.
Hoy, en verano, cuando se juntan noº suficiente de niños les podemos ver jugar al pañuelo en esta misma plaza. Igual que entonces, cuando se formaban los corros en la calle para tomar el fresco después de cenar, los adultos se relajaban y los niños jugábamos como si no lo hubiéramos hecho en ningún momento del día, aliviados por la ausencia del sol y la tranquilidad de los mayores. Un saludo, C.
Se forman dos bandos en los que los jugadores están numerados. En el centro del campo hay uno que sostiene un pañuelo y dice: "Que salga, que salga..." y cita un número. De cada bando sale hasta el centro el que tiene dicho número y ambos hacen varios amagos de arrancar el pañuelo para engañarse mutuamente, hasta que uno de los dos lo toma echándose a correr hacia su casa. Si el contrario le atrapa, queda eliminado; si no, es el otro el que abandona. La operación se repite hasta eliminar a todos los de un bando.
Hoy, en verano, cuando se juntan noº suficiente de niños les podemos ver jugar al pañuelo en esta misma plaza. Igual que entonces, cuando se formaban los corros en la calle para tomar el fresco después de cenar, los adultos se relajaban y los niños jugábamos como si no lo hubiéramos hecho en ningún momento del día, aliviados por la ausencia del sol y la tranquilidad de los mayores. Un saludo, C.