Entro de nuevo en este link para animar al autor de la foto a participar; se echa de menos su dinamismo, sus conocimientos y su amor a deza. Al conseguir esta foto del zamacuco, nos das una lección de perseverancia puesto que te costó tres noches plasmarla. Yo sé que existe ese pájaro porque por las noches del estío escucho su onomatopéyico canto, pero nunca conseguí verlo, como dicen ahora de bin laden o los billetes de quinientos euros. A lo mejor le ocurre como al sapo cancionero: canta de noche su melancolía y suena su canto como letanía. ¡¡¡ánimo, abuelo!!!