El Viernes Santo tuve la oportunidad de ver nuestro Cristo del Consuelo, despues de quitar el Monumento y me pareció más bello que nunca. Es el único día en que las mujeres pueden acariciarle la cara y las he visto emocionadas en esos momentos.La verdad es que el escultor supo darle esa magnificencia que tiene y esa paz que se respira en su presencia, viéndolo no como víctima sino como vencedor de la muerte. Un abrazo.